Stakeholders: ¿qué son y cómo cuidar de ellos?

Este artículo se publicó originalmente en diciembre 2020 y se actualizó en abril 2025 para entregarte un contenido más preciso, exhaustivo y al día

Stakeholders, descubre cómo puedes hacer crecer a tu compañía, detecta los grupos de interés y conecta con quienes fortalecen su funcionamiento. Sigue leyendo.

Ana Rechy y Paulina García

En el mundo de la comunicación empresarial, el término stakeholders se ha convertido en un concepto indispensable. No obstante, muchas veces se malinterpreta al confundirlo con el público objetivo. 

Si bien ambos grupos tienen importancia para la empresa, los stakeholders abarcan un espectro mucho más amplio y complejo. Se trata de todas aquellas personas u organizaciones que se relacionan directa o indirectamente con las decisiones, acciones y operaciones de una empresa.

A diferencia del público objetivo, que se enfoca principalmente en los consumidores finales o potenciales de un producto o servicio, este grupo incluye empleados, proveedores, inversionistas, instituciones gubernamentales, medios de comunicación, entre otros. 

Lo crucial de entender aquí es que cada uno tiene intereses, motivaciones y expectativas distintas. Por esta razón, no pueden ser tratados con una estrategia de Relaciones Públicas uniforme. 

En lugar de eso, se requieren enfoques diferenciados que atiendan las particularidades de cada grupo, procurando no sólo informar, sino también conectar y generar confianza a largo plazo.

Desde esta perspectiva, cuidar a los stakeholders se convierte en una labor de gestión estratégica. Identificar quiénes son, qué esperan y cómo se relacionan con la empresa es el primer paso para prevenir crisis y mantener la reputación. Sigue con nosotros. 

RRPP y grupos de interés: conecta con stakeholders

El rol de las Relaciones Públicas es fundamental en la construcción de puentes con los stakeholders. No basta con mandar mensajes genéricos al mercado, cada uno de ellos necesita ser atendido con acciones específicas que refuercen su vínculo con la organización. 

Aquí el papel de las RRPP va más allá de la visibilidad, se trata de crear narrativas coherentes que sean relevantes para cada público, de ahí la importancia de contar con una agencia especialista en el tema. 

Los stakeholders internos, como los colaboradores y directivos, deben sentirse informados y parte activa de la compañía. Entre ellos es necesario fomentar una comunicación transparente, abierta y horizontal, lo que contribuye a un mejor clima laboral y al compromiso organizacional. 

Por su parte, los externos, como la prensa o los proveedores, requieren otras formas de contacto, donde la credibilidad, la responsabilidad y la coherencia entre discurso y acción son esenciales.

Al dirigir los mensajes adecuados a cada grupo, se asegura que todos los involucrados comprendan la misión, visión y valores de la empresa, lo que fortalece el sentido de pertenencia, incluso en aquellos que no forman parte de la organización directamente.

En definitiva, una estrategia de RRPP bien diseñada y ejecutada es la vía más efectiva para alinear intereses, generar sinergias y construir relaciones sostenibles. No se trata de comunicar más, sino de comunicar mejor. Continúa leyendo. 

Construcción de confianza: el activo más valioso

La confianza es uno de los activos más valiosos en la relación con los stakeholders, y también uno de los más difíciles de recuperar cuando se pierde. A diferencia de otros recursos, no se compra ni se impone, se construye día a día, a través de acciones coherentes y comunicación honesta.

Para fortalecerla, es esencial que las empresas se manejen con transparencia. Esto significa asumir errores y explicar con claridad las decisiones difíciles. La sinceridad, cuando es bien gestionada, no debilita la imagen corporativa, sino que humaniza a la organización y genera mayor empatía.

Otro factor clave es la coherencia entre el discurso y la práctica. Decir que una marca apuesta por la sostenibilidad, pero no tener políticas concretas al respecto, genera desconfianza. En cambio, cuando los valores se viven en el día a día, y los stakeholders lo perciben, se refuerza el mensaje.

Finalmente, la escucha activa es una herramienta poderosa. Consultarlos antes de tomar decisiones importantes, responder sus dudas y tomar en cuenta sus opiniones no sólo mejora la relación, sino que también enriquece la perspectiva de la empresa sobre su entorno. 

La confianza se gana escuchando, actuando y siendo consistentes con los principios declarados. ¿Ahora comprendes la importancia de una comunicación clara y objetiva? Sigue con nosotros. 

¿Los stakeholders como embajadores de marca?

Sí, un error común en las empresas es pensar que sólo los canales oficiales representan a la organización. En realidad, cualquiera de los stakeholders puede convertirse, voluntaria o involuntariamente, en un vocero. 

Desde un colaborador compartiendo su experiencia laboral en redes sociales, hasta un proveedor dando su opinión sobre una negociación, cada uno influye en la reputación de la empresa.

Las redes sociales amplifican este fenómeno. Un comentario negativo de un empleado puede tener más impacto que una campaña de marketing millonaria. Casos como el escándalo de racismo en el Sonora Grill donde la indignación en RRSS escaló rápidamente a la prensa.

Por ello, es clave fomentar una cultura corporativa donde todos se sientan valorados y alineados con los principios de la empresa, de lo contrario, se podrían generar crisis no deseadas. 

Programas de capacitación, canales de escucha activa, reconocimiento de logros y espacios para retroalimentación son algunas herramientas que pueden convertir a los stakeholders en aliados estratégicos.

Las marcas que cuidan genuinamente sus relaciones internas y externas están mejor preparadas para enfrentar crisis y aprovechar oportunidades de crecimiento, lo que les otorga una ventaja competitiva ante el resto.

Cuando las personas se sienten escuchadas y respetadas, tienden a convertirse en embajadores espontáneos, lo que beneficia enormemente a una empresa. No es una cuestión de control, sino de construcción. Estamos por terminar, continúa bajando.

Medición y evolución de la relación con stakeholders

Para gestionar adecuadamente a los stakeholders, no basta con buenas intenciones: es necesario medir y evaluar constantemente la calidad de la relación con cada grupo. Esta práctica permite detectar debilidades, optimizar estrategias y anticiparse a conflictos antes de que escalen.

Existen múltiples herramientas para este monitoreo, por ejemplo, encuestas de percepción. También se pueden establecer indicadores clave (KPIs) como el nivel de satisfacción, la participación en actividades corporativas, o el número de interacciones positivas en medios de comunicación. 

La evolución de la relación con stakeholders también implica adaptabilidad. A medida que cambian los contextos sociales, económicos y tecnológicos, también cambian las expectativas de los grupos de interés. Por eso, lo que funcionó hace cinco años puede no ser efectivo hoy. 

Por último, es importante considerar que el cuidado de los stakeholders no es una acción puntual, sino un compromiso de largo plazo. Se trata de cultivar relaciones duraderas, honestas y mutuamente beneficiosas. Las organizaciones que lo entienden prosperan en medio un entorno actual complicado.

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