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En un mundo tan digital las marcas están expuestas a ser funadas por diferentes motivos, lo que afecta gravemente su reputación y credibilidad, factores cruciales en la decisión de compra.
Paulina García
En la era de la hiperconectividad, ser expuesto ya no es exclusivo de personas, cada vez más marcas enfrentan crisis digitales por acciones, comunicados o campañas mal recibidas por la audiencia.
El término “funar” significa denunciar públicamente, y en redes sociales puede hacerse mediante hilos en X, videos en TikTok o campañas en Instagram que exponen una mala conducta. El impacto de funas en marcas puede ir desde la pérdida de seguidores hasta una caída de ventas o reputación.
Lo que más preocupa a las empresas es que, incluso cuando la acusación no es cierta o está fuera de contexto, la reacción del público es inmediata. Esto genera una crisis, las marcas expuestas en redes sociales deben decidir entre responder o guardar silencio, y ambas opciones tienen riesgos.
En este contexto, es crucial comprender si estamos ante una crisis digital o simplemente frente a una molestia pasajera. En ambos casos, las consecuencias pueden ser graves si no se tiene una estrategia de Relaciones Públicas estratégica y oportuna.
En resumen, las funas digitales para las marcas son más que simples críticas, son nuevos focos rojos para la reputación corporativa, por lo que ignorarlos puede salir muy caro. Sigue con nosotros.

Boicots a marcas en redes: ¿cómo inician y por qué escalan?
Los boicots a marcas en redes sociales no nacen de la nada. Generalmente surgen tras un contenido polémico, una mala atención al cliente o decisiones que chocan con los valores y las creencias del público.
En muchos casos, estos se inician con una publicación que causa indignación y toma fuerza gracias a que influencers, stakeholders o usuarios con gran alcance mediático lo comparten, comentan o hablan al respecto.
A diferencia de los boicots tradicionales, los digitales se propagan rápidamente y pueden viralizarse en cuestión de horas. En un entorno donde la imagen de las marcas es muy valiosa, esta clase de respuesta colectiva representa un verdadero riesgo para la reputación cualquier empresa.
Una vez que inicia la crisis, las audiencias suelen comenzar a dejar de seguir a las marcas, llenar sus publicaciones con comentarios negativos o incluso crear campañas con hashtags virales.
Las plataformas como TikTok y X juegan un rol clave, ya que permiten la creación de contenido que exponen el error y enseña e incita otros usuarios sobre cómo castigar a la compañía.
Esto lleva a una conclusión, el impacto de funas en marcas no depende sólo del error, sino de la capacidad del público para elaborar una respuesta colectiva negativa. Por ello, las marcas sancionadas por redes sociales enfrentan una baja en ventas y una pérdida de confianza. Sigue leyendo.
Prevenir una crisis en redes sociales no es imposible, pero requiere estrategia, escucha activa y capacidad de reacción. Ante el riesgo de funas virales a marcas, las empresas deben adoptar ciertas acciones, por ejemplo:
- Monitorear conversaciones constantemente: implementar herramientas de social listening es crucial para detectar posibles conflictos antes de que se vuelvan virales. Observar tendencias, comentarios recurrentes y menciones en tiempo real permite actuar preventivamente.
- Capacitar a su equipo de comunicación: no basta con tener community managers creativos. Se necesita personal que conozca de gestión de crisis. Cuanto más preparado esté, más eficaz será la reacción ante boicots a marcas.
- Elaborar un manual de respuesta a crisis: es importante anticipar escenarios posibles. Desde una queja por mal servicio hasta una funa viral por contenido ofensivo. Esto incluye definir voceros, tiempos de respuesta, entre otros factores.
- Asumir errores con humildad: las marcas funadas en redes sociales que aceptan su responsabilidad y explican qué harán para reparar el daño tienen mayor oportunidad de recuperar más rápido la confianza de sus seguidores.
- Cuidar el tono y lenguaje en redes: una incorrecta elección de palabras puede resultar peor que el error inicial. Comunicar con claridad ante ataques, mantener la calma y la empatía muestra profesionalismo y compromiso.
- Aprender del caso: cada crisis es una oportunidad para mejorar. Analizar lo ocurrido, ajustar políticas internas y reforzar la cultura organizacional son factores clave para que lo aprendido evite futuras funas. Continúa con nosotros.

La exposición pública en redes sociales puede comenzar con una queja, una mala reseña o una denuncia de prácticas cuestionables. Pero, ¿cuándo este tipo de situaciones se convierten en una crisis digital para las marcas? A continuación, te decimos:
- Alto volumen de menciones negativas: si el nombre de la marca aparece constantemente vinculado a mensajes negativos, malas reseñas o burlas es señal de alerta.
- Interacción de medios de comunicación y creadores de contenido: cuando periodistas o influencers amplifican la funa, el alcance crece exponencialmente en cuestión de horas.
- Boicots organizados: se ocasionan cuando los usuarios promueven dejar de comprar productos o usar servicios, la afectación económica se vuelve directa, reflejando una baja en ventas.
- Tendencias de búsqueda y hashtags: si los términos relacionados con la marca se posicionan en tendencias, por ejemplo, en redes sociales como X, la visibilidad del problema se amplifica.
- Daño a la percepción de marca: encuestas o estudios que muestran una pérdida de confianza por parte del consumidor son un claro termómetro del impacto de funas en marcas.
El reto no es sólo contener la situación, sino hacerlo sin volver más grande el problema. A veces, una disculpa genuina puede ser efectiva. Otras veces, el silencio acompañado de acciones concretas es la mejor vía para las marcas. Continúa leyendo.
Varias empresas han sido señaladas públicamente por situaciones que van desde publicidad ofensiva hasta prácticas laborales injustas. Los casos que presentamos en breve reflejan el poder de las redes sociales como herramienta de presión social.
- Zara y Shein: ambas marcas han sido acusadas de apropiación cultural y plagio, en especial por copiar diseños textiles y bordados originarios de comunidades indígenas mexicanas. En redes sociales, se viralizaron comparativas de los productos con piezas artesanales originales.
- Balenciaga: la firma de lujo fue muy criticada por una campaña donde usó imágenes de niños con osos de peluche vestidos con accesorios para adultos, lo que la convirtió en una de las marcas sancionadas por redes sociales con mayor repercusión en los últimos años.
- Farmacias Similares: hace algún tiempo dos extrabajadoras denunciaron haber sido despedidas por negarse a realizar labores fuera de sus funciones. El caso se viralizó en TikTok, provocando debates sobre condiciones y derechos del trabajador.
- Total Play: usuarios publicaron en redes que la empresa comenzó a incluir límites de consumo en sus paquetes de internet simétrico, a menos que se pagara un costo adicional. Lo que parecía una mejora en el servicio se convirtió en una controversia sobre falta de transparencia.
- Soriana – Julio Regalado: la campaña de cada año de la tienda regresó, pero con un giro polémico, el personaje fue recreado con inteligencia artificial. Aunque la intención era innovar, muchos usuarios reaccionaron negativamente, sintiendo que se había perdido la esencia humana de la compañía.
Para finalizar, recuerda que estos ejemplos evidencian que cualquier decisión ya sea creativa, tecnológica o laboral, puede ser objeto de crítica pública. Las marcas deben entender que el poder de las redes sociales va más allá de una pantalla.
Gracias por leer hasta el final, recuerda que en Agencia Digital ZC somos expertos en la construcción de reputación online y la gestión de crisis en redes sociales. ¡Contáctanos! Escríbenos a contacto@agenciadigitalzc.com y un experto atenderá tu solicitud.

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