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Las redes sociales tienen el poder de influir en las preferencias de millones de personas, por eso es importante que los candidatos las usen correctamente.
Frida García
Impactar en las audiencias por medio de las redes sociales es una estrategia importante para las campañas de los candidatos políticos. Incluso, el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene el sexto canal de YouTube más visto de Hispanoamérica.
Acorde con las estadísticas de la Lista Nominal presentada por el Instituto Nacional Electoral, el número de votantes es de 97,189,790 mexicanos.
Además, el estudio Digital 2023 México elaborado por las firmas We Are Social y Meltwater, reveló que el 97.1% de la población mayor de 18 años son usuarios de redes sociales.
Las elecciones presidenciales se acercan; por ello, analizaremos el contenido que las candidatas Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez comparten en sus respectivas redes sociales. Los mensajes de la apuesta de Morena y el Frente Amplio Por México desempeñarán un papel importante en las preferencias de los votantes.
Si quieres saber la importancia de las redes sociales en la propaganda política, sigue leyendo.
Candidatos: ¿Políticos o influencers?
En la era del bombardeo de información y la polarización en la sociedad por medio de las redes sociales, los candidatos necesitan llevar su vínculo con los votantes más allá de lo ordinario. Buscan conectar emocionalmente con la audiencia a través de las pantallas, hacerlos partícipes, que se sientan parte del debate y, por lo tanto, comprometidos con su causa.
Solo que el público ya no puede prestar atención a todo su discurso; ahora demandan, además, entretenimiento e inmediatez. Por esa razón, profundizar en el Plan de Gobierno del candidato no producirá los mismos «compartidos» y «likes» que la frase polémica o el chiste fácil.
Cada red social tiene un ambiente y público distinto; por eso, los candidatos políticos se muestran de diferentes maneras para provocar distintos sentimientos e impresiones a los sectores de la población «objetivo».
Tik Tok, por ejemplo, es una red social que primordialmente tiene público joven; en ella, se muestran divertidos. Sheinbaum usa memes, audios virales y tendencias para hablar de sus propuestas; o bien, datos personales que la «conecten» con la audiencia.
En cambio, Xóchitl sube fragmentos de sus mítines, apegándose un poco más a la publicidad que le veíamos en televisión.
Facebook e Instagram tienen un carácter más informativo. Ambas candidatas lo utilizan para anunciar las fechas y ubicaciones de sus próximos mítines, así como sus reuniones con diferentes actores clave y hacer sus eventos lives.
X merece su propio análisis. Sigue con nosotros si quieres conocerlo.
Como ya te lo hemos contado, una de las ventajas de las redes sociales para estrategias de comunicación es la segmentación del público meta.
Edad, ubicación geográfica, identidad de género, pasatiempos y preferencias, son datos valiosos para la publicidad, y las redes sociales son herramientas poderosas para recolectarlos y con ellas mandar mensajes destinados a grupos específicos.
Cambridge Analytica y Facebook nos enseñaron el cuidado que este tema merece, debido a que, la ya extinta empresa de análisis de datos logró recolectar información de hasta 87 millones de cuentas, incluyendo actualizaciones de estado, «me gusta» y conversaciones privadas.
Si bien Cambridge Analytica no tenía relación con la renombrada universidad inglesa, la relación del nombre con esta le otorgó cierto prestigio. Aplicó un test de personalidad a través de Facebook. Este pedía acceso a información personal, pero también tomó la de la red de amigos de quienes tomaron la prueba sin su consentimiento.
Como resultado, logró conocer mejor la personalidad de los estadounidenses que se encontraban indecisos en las elecciones del 2016, y con ello influir su voto al enviarles mensajes estratégicos.
Aunque los mismos exempleados de Cambridge Analytica advirtieron que este caso solo es la punta del iceberg, debido a que existen otras empresas que hacen lo mismo pero a mayor escala, los avances tecnológicos van más adelantados que la regulación.
Si bien plataformas como Facebook y Google han reiterado su compromiso con el cuidado de los datos personales, el debate de qué tan cuidadoso y ético es su uso, continúa. Cualquier interacción en internet deja un rastro y, por más insignificante que parezca, existen empresas que pagarían por esa información.
Desde ese entonces, Facebook no ha vuelto a ser el mismo. Si quieres saber más sobre su declive, puedes leerlo aquí. A continuación, hablaremos de X.
Políticos en X
Twitter, actualmente X, es la red social donde los políticos del mundo mandan mensajes al instante, y a veces sin la revisión/edición de un equipo profesional de comunicación. Esta plataforma juega un papel importante en la propaganda política.
Antes en los medios de comunicación se leía en las notas «dijo en conferencia de prensa», «declaró en boletín de prensa», o «afirmó en entrevista con…»; en cambio, ahora es común ver la captura de pantalla del tweet con la declaración de los candidatos.
En momentos de crisis o polémica, los candidatos pueden comunicar su postura de inmediato. Por ejemplo, Claudia lo usó para desmentir que no es mexicana y Xóchitl para invitar a Marcelo Ebrard a su proyecto político, tras su ruptura con Morena.
Aquí la confrontación se da con más fiereza. Los políticos toman posturas defensivas u ofensivas, y responden a polémicas y críticas que podrían poner en riesgo su trayectoria o reputación. Por lo tanto, si X no se maneja con prudencia —como el caso de Donald Trump—, la herramienta puede resultar contraproducente para los candidatos.
Otro claro ejemplo es el manejo que le da el expresidente Vicente Fox a esta plataforma, pues en más de una ocasión, ha dado de qué hablar por sus tweets. Con faltas de ortografía, texto en mayúsculas e información inexacta, Fox se ha visto envuelto en diversas polémicas.
Si quieres aprender más sobre manejo de crisis, aquí te tenemos un manual para controlarlas en redes sociales. Sigue bajando.
¡Sí! Las redes sociales juegan un papel importante en la visibilidad de los candidatos y la democratización de la información. Como todo avance tecnológico, debemos saber usarlo para un beneficio.
Sin las redes sociales, quizá los candidatos menos competitivos o independientes, aún tendrían que depender de los medios tradicionales para difundir sus campañas. Además, los votantes no tendrían el mismo alcance para exigir la información de sus proyectos y así participar en el debate político.
Si bien el ámbito legislativo lleva poco tiempo poniéndole atención al uso de redes sociales para fines políticos, aún no es suficiente y es importante que se lleve a cabo la transparencia de datos y la autorregulación de contenidos.
Por lo tanto, es importante que los candidatos políticos cuenten con un equipo profesional para manejar sus redes sociales, como Community Manager y los curadores de contenido. Lograr el balance entre vincularse con la audiencia sin perder el objetivo de comunicar un plan de gobierno, no es tarea fácil.
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